de los porqués y las cuentas....
5 Comments Published by Isabel on miércoles, septiembre 24, 2008 at 9:01 p. m..

Dejé de escribir porque las fantasías mentales comenzaron a declinar. Los colores se apagaron, el gris medio se acentuó de una manera catastrófica en mi hipotálamo. Dejé de escribir porque se me acabaron las líneas, los puntos y las comas. Las tardes donde fantaseaba mi casa en la playa y mi futuro libro, un best seller con personajes profundos y bien configurados, con un poco de documental y una pizca de ficción. Esa historia que podría sostener mi economía de guerrillera independiente y no de trabajadora de faena; Esa que no cree en las afp, en las isapres ni en los seguros de cesantía. Dejé De escribir porque sentí que las palabras se volvieron confusas y que ello provocó lectores ingratos. No hay escritura que no quiere ser leída, ni escritor que aguante ser ignorado. Las palabras tienen corazón y necesitan cariño, igual que el escritor en las noches de sequía.
Dejé de escribir porque me volví adicta a la cara de alcoholizada de las personas cada fin de semana, a los cumpleaños, a las despedidas, a los asados sin carne. La morbosidad carcome cual ave carroñera y de pronto organizas eventos para ser parte de esas fotos que te quitan el alma y la abandonan en el limbo, cual no bautizado de la popularidad.
Dejé de escribir porque me quedé vacía, sin utopías, sin barcos ni mares tormentosos. Dejé de escribir por vidas nonatas no esperadas, engaños blancos que prefieren el glamour, caricias con mucho agua y poca azúcar, piscinas con aguas turbias y cobros cancerígenos para bolsillos con mucho smog.
Dejé de escribir porque ya no cuenta.
O ya no se cuenta
O ya no se espera.
...
Volví a escribir cuando aprendí los números que son necesarios para sacar la cuenta.
1
2
3
Y sacar la cabeza del agua, y volver a respirar.