Porfavor, no junte peras con frutillas

déjelo fluir


cita a pie de página



“... Finalmente, con pasos lentos, rasposos, ella se acerco a la farola y se detuvo junto a él. Entonces como si el cielo fuera un espejo roto por un rayo, la lluvia cayó entre ellos como una cortina de cristales astillados.”

del cuento El Halcón Decapitado del libro "Un Árbol de Noche" de Truman Capote.

(ego sum en indie.cl, mire y me dice que le parece)

pecado capital



Me acusan de soberbia, de creerme mejor que los demás, de mirar en menos y tratar mal a toda la gente y con énfasis a los Hombres.

Sé lo que significa soberbia, pues para ser honesta creo nunca haberme sentido identificada con ese adjetivo, de hecho le encuentro olor a viejo, desteñido y casi retrógrada; lo peor fue que no me dolió y creo que ahí desencadené una serie de sentimientos, porque si te llaman de cierta manera que suena mal y que por supuesto hiere a otro tu actitud uno debe tener cierto grado de culpabilidad; pues no, yo nada de nada, estaba ahí casi preguntándome que diablos hago escuchando cosas que no me interesan saber porque sé de mis actitudes y sé lo que hago y que por cierto, no tengo ganas de cambiar ( ¿qué soberbia piensas?, si justamente).

Siempre me he sentido mejor que los demás, de una manera muy sutil, muy off the record, underground,- de pensamiento no de palabra-; pasa sobre todo por ser más observadora y más del tipo que escucha y no de las del tipo - hablo y trato que mi opinión sea la más chora que la del resto-, toda la vida siento que debo hablar y decir lo que pienso pero cuando al final me decido, pasa la vieja y me guardo la opinión, tengo bien claro que eso está mal y todo el rollo pero que vá, voy acomodando los pensamientos mientras escucho lo que los otros dicen; no hay que olvidar también en el medio en el que uno este inserto. Por ejemplo: en Duoc por lo general mis compañeros (no todos) responden de la manera más burda, estúpida e ilógica y en lo único que pienso es en la vergüenza que me da lo pelmazos que son, llegan, opinan sobre cosas que sienten, pero, que obviamente su respuesta no está fundada en el texto que debiera, sino, sólo en la choreza de “yo pienso esto y por eso soy más cool” y ojo “yo no creo en Dios” (hablo de mi clase de ética, quedé traumada el viernes pasado); y esta por otro lado el hecho de estar con gente más culta que yo y hago el mismo papel de –chica tímida, sin opinión- con el único motivo de estrujar el conocimiento del otro y adquirirlo para mi…

Y bueno, por lo mismo, es verdad trato mal a la gente por ese motivo, es la discriminación más fuerte que hago, la estupidez, la odio, me carga la gente estúpida y si a ese motivo va el sentirme mejor que el otro, pues bien, si lo hago. (Mi segunda gran discriminación son las faltas ortográficas, me matan, lo siento).
¿Qué hacer cuando te critican y en vez de sentirte peor es todo lo contrario? ¿Todo mal, perdí la moral y la buena costumbre? ¿Soy malita de a de veras?

Mi excusa favorita es nadie es perfecto, tengo que tener algo muy malo y así un buen motivo para que la gente me odie, lo peor de todo es mi choreza de decir “shaa que tanto si no te gusta, te vay no má po, ES. LO. QUE.HAY”, pero sé que eso no es lo correcto. ¿Estaré obligada a seguir la razón y no mi temperamento de yegua salvaje de cerro y mandar a todos a la chucha? ( y puta que me dan ganas), sólo sé que la soberbia (que antes no tenía nombre) ha sido el escudo que he tenido toda la vida para protegerme de las críticas del resto y seguir ahí derechita como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie y que por cierto tengo muy pocas ganas de que se vaya.


1. f. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.
2. f. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
3. f. Especialmente hablando de los edificios, exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa.
4. f. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.
5. f. ant. Palabra o acción injuriosa.

www.rae.es

Desconocidos.-


Un metro siempre da la posibilidad de sufrir encuentros fortuitos en instancias poco concebidas para la imaginación.
Un metro, seis corridas de asientos todos estos juntos entre sí. De derecha a izquierda tenemos a un pastor evangélico de pelo engominado, cara rechoncha, jeans y camisa al interior de éste, en su camisa lleva una libreta que sobresale del bolsillo “Dios te Ama” (internamente me pregunto ¿quién diablos es Dios?, trato de pasar mi cara de inquietud por cara reflexiva) y en sus manos un libro sobre las profecías de Daniel; junto a él se encuentra un claro prospecto de hombre homosexual: polera estilo sudadera negra muy ajustada a su escultural y fibroso cuerpo, jeans de renombrada marca, zapatillas ad-hoc, su cara nunca me dijo nada, sus ojos se escondían tras un libro que por más que mi cuello trato de doblarse haciendo el intento de pasar desapercibido, no pudo descifrar el enigma del libro amarillo, sólo entendí algo de “Viia…”, quizás algún manual de blowjob (quizás no, su cara hubiera mostrado mayor interés) o quizás hasta latín, quién sabe; junto a él, la clásica chica alternativa de ropaje oscuro, lentes de marco, que mientras con una mano se entretenía enrulando su cabello negro, con la otra adelantaba el casette vía lápiz bic; al lado, otra chica que al parecer era su manda el color morado, morada de pies a cabeza, incluso sus gruesos labios, miraba hacia fuera como si esperara encontrar la respuesta a algún problema terrible, tenía ese aspecto de gordita sexy y peligrosa, estoy segura que más de alguna vez había pegado un buen latigazo en el trasero de algún macho que quisiera ser domado; y junto a ella un señor de edad, camisa rosada, zapatos 16 horas, con ese aspecto que de lo sabio puede pasar en dos segundos al típico viejo caliente, aspecto notorio ante mis ojos reticentes, el caballero de camisa almidonada miraba a las mujeres con ojos encendidos, la pasión que sólo un lugar conglomerado y sin posibilidades de escapar te puede brindar, la chica que más pareció gustarle fue una “mamita del flow” reconocida por su visera blanca de tenista, su polera ceñida y escotada y unos tambores de ritmo repetitivo, provenientes de sus grandes y plateados audífonos, que parecían ser su banda sonora personal.
Todo esto se daba frente a mis ojos, que por más que evité a lo largo del viaje no toparme con los ojos de ellos, terminaron por desnudarme y quizás sacar más conclusiones de las que yo pude sacar en doce estaciones de metro.

21 y sin compromiso


Ser solterona no es cosa que se me ha dado fácil en la vida a lo largo de los años, ha sido un trabajo exhausto muy difícil de llevar hasta mis gloriosas 21 primaveras.

Para la gran mayoría de las personas parece una gran interrogante cómo una jovencita de 21 años, estudiante, algo agraciada, con todas sus cosas bien puestas, simpática y güena pa’ la talla este sola y que no exista ningún cabro que la posea en su dominio propio (dícese pololo, novio, enamorado, etc), pues bien, para ser sincera no tengo la certeza en qué minuto me volví solterona, sólo se que tengo una seguidilla de decisiones a lo largo de la vida que me han hecho ser desde una mina muy cobarde con pánico escénico al compromiso hasta alguien con sabio poder de decisión acertado en momentos inciertos amorosos. Todo partió, si mal no recuerdo, en la época en que le llevaba todo el scout/guía’s style (alitas pa’ los que no cachen) andaba con un tipo de la tropa y recuerdo que tuve más de una oportunidad pa’ irme a lo oscurito, irme al bosque o cualquiera de esas cosas y no lo hice, me dio cuco (o sea igual fui, nunca tan gil, pero poco).

De allí hasta ahora es sólo un paso a la catástrofe epistemológica llamada soltería, un largo período de insociabilidad marcó los siguientes años de mi pre-adolescencia, en donde al parecer, cada vez que un lolito se me acercaba, juraba de guata que me terminaría robando el alma o algo por el estilo; pasó el tiempo y las cosas siguieron igual hasta que por fin se me cayó la teja y empecé soltar un poco más la mano, pero pese a ello todos los hombres que se me acercaban terminaba por alejarlos, al parecer soy una loca psicópata que les roba el alma a los niños.

La usual teoría de todo el mundo es que soy fregada y regodiona, que nadie me gusta, que salí exquisita, que debería al final pescar a uno y darle la oportunidad, pero, ¿cómo tanto, digo yo? ¿Tendré que aceptar al primero que me diga changa? Yo creo que siempre uno tiene que tener el mínimo de cariño a sí misma, porque si fuera por eso… En fin, el problema es que nunca a mis 21 años de vida he tenido una relación seria/ estable/ buena onda /te presento a mi familia’s style, puros jugoseos varios y ya hace rato dejé de preguntarme cuando llegará THE ONE. Ahora sólo espero terminar la carrera y unirme a las carmelitas descalzas. Les seré de gran utilidad. Carmelitas wait for me!!

¿Por qué windows cambia tu hora sin siquiera consultarte?


Faltan aproximadamente cuatro horas para el cambio de hora y el muy cretino windows xp ya se cambió, mi estómago empezó a rugir hace un rato y tuve que callarlo porque miré la hora y decidí que era algo adelantado alimentarlo todavía, obviamente ya está oscuro y la tristeza comienza a apoderarse de mi persona más rápidamente que lo necesario en estas fechas; no hay cosa peor que me cambien la hora, es el punto final de una seguidilla de sucesos desgraciados que marcan el fin del calorcito, del short y la polera; el primer paso es el festival de viña, luego el comienzo de las teleseries y es ahí cuando lo único que deseo es ser una de esas personas que deciden inteligentemente salir de vacaciones justo cuando Santiago vuelve a ser un caos, un monstruo gris y ruidoso que no se despegará de ti hasta diciembre. Ese tipo de persona es la que siempre he deseado ser, la que sabe que en marzo todo los precios altísimos de lugares de veraneo bajan, la playa está vacía y puedes disfrutar de más de un metro cuadrado de arena para ti solito; lamentablemente ya no hay vuelta atrás y la huida sería algo arriesgado, el lunes estoy condenada a subir el cerro y encerrarme en una sala que parece water, saludar a los compañeros que no quería volver a ver en mi vida y poner una sonrisa cínica en mis labios para tratar de agradar a gente que jamás le agradaré. Pese a ello siempre seguiré soñando con el día en que saque los pocos ahorros que tengo y tome ese bus que me lleve a las vacaciones eternas que siempre querré tener en mi mundo en donde nunca se oscurece temprano.

Club Miel Night Style

Viernes 12.45 am
Tras haber pasado unas horas en el mejor resto- bar- sushi- fusión- que uno puede encontrar por módico precio (digase chiquitito por ejemplo), partimos a uno de los pocos lugares de Santiago que te llevan todo el alternative style (dicese que le tocan brit, new wave y esa música que en antaño a uno la enloquecía) pues bien, tras haber echo la eterna y nunca bien ponderada cola, decididas con mi Amigüi a terminar decentemente este verano que de decente a tenido bastante poco, con flyer en mano nos unímos al lolerio que conglomeraba la fiesta llamada :"Mi alpargata mató a mi Abuela" ¿?¿? Oh por Dios!!, pese a ese nombre tan peculiar, la juventud parecía gozar con la creatividad de los dueños del boliche; ya en la fila nos dimos cuenta que quizás las cosas cambian y uno se va poniendo mayor y la gente que va a los lugares que a uno le gustaban están más jóvenes y siguen haciendo las mismas estupideces que uno hacía en antaño...esto quiere decir: dar jugo en toda la fila, tomar de la botella misma del brebaje antes de entrar, jurar de guata que te van a dejar entrar con el vaso de copete, etc. Omitiendo ese tipo de cosas entramos al famoso Club Miel, lugar ya conocido y con buenos (¿?) recuerdos de nuestra última visita, partimos a mirar el ámbiente local... y sorpresa!!! al parecer toda la gente pequeña de este país es gay, oh si, al sentirme el manso pescado cerca de todas estas cabras de pelo corto que se besuquean como si mañana mismo se acabara el mundo, todos los hombres guapos de baja estatura que andan con otros tipos guapos....uno se pregunta en que momento de la vida la gente baja se vuelve queer. Tras un acabado estudio que he recopilado a lo largo de los años, he notado la influencia del porte(dícese estatura) en la inclinación sexual de las personas, he llegado a la conclusión de que el rechazo social por parte del entorno de las personas ya nombradas influye en su decisión al momento de intimar con otra; me explico: cuando un chiquitito nota que todas sus compañeras, amigas, vecinas son más altas que él, y que debido a ello, la conquista se le vuelve más complicada, decide buscar gente de su mismo tamaño; lo más seguro es que chicas de su mismo tamaño ya hayan pensado lo mismo y estén en ese mismo momento revolcándose con su amiga que aburridas de no encontrar un hombre deciden encontrarse ellas mismas.
Lo bueno de esta fiestoca es que gracias al pulento había otra pista menos atestada de cabros chicos (si, señor lector soy una vieja julia y qué) en donde conseguimos nuestra única conquista de la noche: dos chicos gay que encontraron que nos vestíamos de lujo y teníamos el mejor fashion-dark-alternative style del lugar (de algo que sirva emperifollarse tanto digo yo)... increible me parece como cambian los ámbientes en esta ciudad, hace una semana exacta rechazamos a una veintena de jotes y una semana más tarde terminamos sonrojadas por las alabanzas de los amigos del momento. Seguiremos en busca de un lugar que nos vuelva a hacer feliz, por dios que nos ha salido complicado.
Canción: Bizarre Love Triangle de New Order, sólo para sacarte una sonrisa.



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Nombre: Isabel
Lugar: Stgo., Chile
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