Frutilla Jugosa Recuenta lo Mejor
3 Comments Published by Isabel on miércoles, diciembre 27, 2006 at 10:14 p. m..Frutillas jugosas: ranking musical/peliculero/best moments/etc
Este año tuvo de todo, pero por sobre todas las cosas mucho mucho jugo de parte de la que escribe. Por lo mismo y como soy copiona a cagar, me robo la idea de todas las revistar shoras, alternativas y buenas onda de tener ranking de todo.
Primero el musical, canciones que me hicieron sufrir, llorar, reír a boca abierta, mearse de la risa, morir de vergüenza,etc. Difícil decisión, porque son demasiadas, ah y esto no tiene nada que ver con la fecha que las canciones/películas hayan sido creadas, soy atemporal, lo siento.
- Ex: Sácate la Cresta
- Javiera Mena : Cámara Lenta
- Carol Douglas: Doctor’s Orders
- Gepe: Los Barcos
- The Organ: Love, Love , Love
- Damien Rice y Alison Hannigan: Desafinado
- Nicole: Vida
- Damien Rice: Volcano
- Gwen Stefani: Hollaback Girl
- Gloria Trevi: Dr. Psiquiatra
- Calle 13: Atreve te te (siiiiiiiiiiiiiiiiii, el reggeton se apoderó de mi, asi que cambie esa carita de intelectual)
- El día de la bestia
- Hierro 3
- A love song for bobby long
- El método
- 200 cigarettes
- Lost in Translation
- Mi cumple
- Despedida de Cote
- Cumple Chan
- Lucybell +Parque O'Higgins
- Cumple Lili
- Tres días de filmación pelotera
- Esperando el amanecer
- Cajitas infelices
- Duoc se viste de hippie
- Isa la fotógrafa honrada
- Grabando empresa destructora
- Inutero y sus mil juntaciones
Mejor concierto/tocata
- Javiera Mena, Lazamiento de su disco regalón
- Nicole en Blondie
You Tube: jui famosa, ahora soy una más del jugo youtubero. Ahora todo el mundo tiene su momento de fama, ESE en el que la gente dice" ella es la del video" oh si, es el momento de hacer todo aquello que alguna vez pensaste, total, siempre hay que alguien que te loreará.
iTunes: como no tengo iPod, obligada mentirme a mi misma que tengo mac y eso conlleva a que escuche la música en iTunes, denuevo, de pura chora no más. Además, la manera más fácil de creerte la raja con toda la música que tienes y lo locaaa ashi que eres para ponerle nombre a tus listas de reproducción (nadie más hace esto?) en fin. Lindo.
Los libros que llevaron a la Chaeli a la Locura
Truman Capote: El Halcón Decapitado
Paul Auster: Mr. Vértigo y La Noche del Oráculo
Esa cosa que hace reír como webona a la Chaeli
Sandía en concierto
La Anita de la SCA
Esas frases que se pegaron en mi subconciente ordinario/flaite/jugoso
Guarda con la tellible de flower
¡¡ Con ésteeeeee!!
Esto es mío
Yei, yahoo
¿Por qué no me haces una arañita?
Shá
Shó
Un peo en la mano
Insípida!
Un paso más atrás.
Todavía el 2006 no termina asi que, quizás, haya que agregárle más cosillas a la lista. Los dejo cabros y cabras. Un apretón de manos a los que conozco, un abrazo a los que me caen bien y un beso a la gente amigui. Feliz año que se viene. (que cliché).
Pelos de lana, cuerpo de una tela con pelotitas de tanto lavado, ojos grandes hechos a mano, carita de cumpleaños: así era la Colachi, compañera fiel de infancia. De partida era parte de la familia, se sentaba en la mesa, tenía cama propia, se bañaba y tenía taza de té; iba al campo todos los veranos, jugaba conmigo, conversábamos toda la tarde. La Colachi usualmente se quedaba en la casa de alguien, varias veces mi tío tuvo que partir desde San Fernando a Santiago porque sin la Colachi no vivía y ella tampoco sin mí. Mi santa madre era y sigue siendo maniática de la limpieza y cuando encontraba que la Colachi apestaba y ya no era rosada sino que gris, decidía vaciarle las tripas y meterla a la lavadora, era como ver descuerar a un chancho, la pobre tenía la piel tendida y las vísceras tomadas con perrito de ropa. Lo mejor de todo era que volvía toda renovada, a veces tenía más pelo, otras chasquilla, a veces los ojos de otro color y un vestido nuevo.
Conversando el 24 en la noche toda mi familia tiene recuerdos de la Colachi, es parte de toda conversación jocosa, seudo forzada a ratos para tratar de hacer grato la cálida noche navideña. La última vez que vi a la Colachi fue cuando me cambié de casa, estaba entre una caja llena de juguetes viejos, tenía aspecto deslavado y parecía estar un poco chata de tanto mono de plástico junto a ella. Ahora tengo ganas de volver a verla, tengo la idea que anda de incógnito y con un tono más tostado, por lo menos más decente que mi quemada de camionero con polera de mangas que me hice en la playa, me arranqué con las Lulú por cuatro días a Algarrobo, como soy anti playa, anti verano, tengo la quemada flaite envidiable de tres poleras, linda. Pero lo pasé de lujo, me reí excesivamente y me sirvió para alejarme del Mouse que me tiene con una mano con tendinitis. Y verano, y recuento y tantas cosas. A un año de salir, oh por dios, un año. Ando escribiendo como pienso. Otro día recuento.
Madera y fierro son los recuerdos de una tarde invernal.
Fierro y Madera metáfora de sueños rotos.
Comparten la misma forma, pero no el pensamiento.
Una ventana de cortinas verdes que separa el caos mundano de la seguridad letal del ensordecedor silencio entre seres opuestos.
Ella evoca recuerdos de piel erizada ante la agitación de un suspiro.
Él sólo se remite a guardar silencio para separar la verdad de la mentira.
Ella sólo observa la cortina verde; y la tranquilidad vuelve en momentos inquietos. Su cuerpo es lo único que añora en las noches en las que los fantasmas ahondan sus pensamientos.
Ser omnipresente de pesadillas lujuriosas, Ser imperfecto de pasividad abrumadora.
Ella sólo busca un sitio coherente en su mente atormentada.
Él sostiene de un hilo cargas de antaño.
Dos seres enmarañados en sus miedos, dos seres que se evitan para no abrir la puerta hacia lo inevitable.
Ella sólo escucha el caos; siente extraña comodidad al no ser parte de él por una vez.
Él yace junto a Ella, abrazado, dejando sus cargas junto a la cama de fierro y madera.
Ella juega a ser uno, Él salva su piel del adormecimiento total de días sin retorno.
Ella abre los ojos y sólo abraza recuerdos, en donde la madera y el fierro pudieron ser uno y subsistir en un mundo inconcluso.
Él vive en su memoria, elevándose con el viento que entra por la cortina verde.