Porfavor, no junte peras con frutillas

Coca Cola en mano, tomo sorbitos pequeños para que dure el largo camino a Escuela Militar; luego de tres sorbos, todo pareció más dulce y excitante, ¿excitante? si, junto a mi se sentó un tipo de aquellos que sólo mirarlo uno piensa las peores cosas sucias que te puedes imaginar en la micro, pero la Coca Cola parecía aumentar todos estos pensamientos y comencé a creer que su pierna no chocaba accidentalmente con la mía, menos su hombro; mi sonrisa era evidente, más aun mi manía de mirar constantemente la lata que decía "toma lo bueno" ¿signficaría que debería brincar encima de mi compañero de asiento?, quizás pensé, así que continué con los pensamientos sucios mientras tomaba otro sorbito de Coca Cola, todo perdió la sensatez cuando creí que a la micro se había subido Madonna, con el pelo igual a su último video, más aún con esa envidiable chaqueta negra y el pasito disco... y de pronto Hung up empezó a sonar por la radio; fue entonces en que la micro frenó bruscamente, miré mi bebida y ya no quedaba nada, en ese instante miré al tipo y sacó de su bolso un libro de Diego Portales y se me cayó el amorío idílico a pedazos; con abogados no, dice mi yo interno, así que le pido permiso para bajar; mientras la Madonna de la 638 aún se sacudía al ritmo de Hung Up.