Su pelo en el viento la llevó a recordar los mejores días de su vida, con sus nuevas esperanzas depositadas en esa botella de vino que sujeta en su mano derecha mientras que con la izquierda sujeta el manubrio, canta “show me the meaning of the World”, tarareando despacio, dejando que las palabras se impregnen en su cerebro, sólo siente ansias, no sabe lo que le espera ni que hará allí cuando llegué, sabe que lo extrañará, aunque la vía Láctea este en esos ojos negros que desea olvidar. Se siente tan vacía, hace largo tiempo que nada la satisface como en antaño, sólo se llena con desvaríos mentales los que la hacen creer que puede haber algo más allá que las líneas blancas discontinuas en el medio de la nada. El cabello rojo ha dejado de flotar como nube y ahora cae encima de su hombro, el cielo se torna rojizo, mientras sus labios secos por el viento comienzan a quebrajarse poco a poco, trata de evitar su muerte comiéndose sus propios pedazos de cuero ensangrentado.
La botella de vino se ha reventado en el cemento algunos metros atrás, su pie derecho ahoga el pedal de freno, la puesta de sol está frente a sus ojos y con la ida del sol se van sus deseos de cambio, quizás-piensa- debería quedarse así para siempre, con su botella de vino y sus labios sangrando, ambos mezclados en su paladar de manera agridulce, ese exquisito sabor que no disfrutará hasta que acabe de mezclarse con el placentero dolor de ver sus sesos cruzar el parabrisas y estrellarse magistralmente con ese asfalto de aguas imaginarias, es ahí donde su cabello rojizo se confunde con la sangre mezclada con uvas de la estación…al fin se siente aliviada, ese maldito dolor de labios ha dejado de agobiarla.
Rayos de luz iluminan tu vívido rostro, estás temerosa pero pese a ello tu seguridad irradia más que todas las palabras que podría escribirte. Lo lejano puede parecer el paraíso, puede cegarte e ir a lo desconocido, pretende abrazarte y desprenderte de lo terrenal, te crecerán alas y te convertirás en una bella hada, allá donde el miedo es un enemigo más, te harás fuerte y mirarás con ojos enceguecidos aquello que dejaste. El bombeo de tu sangre te hará descender a ratos, querrás derramarla y esparcirla a tu alrededor. Sólo te pido que una de esas gotas caiga en mi rostro y me cegué igual que a ti para poder morir en paz.
pero también podrían haber pasado otras cosas quizás el vino sabe mejor del otro lado. quizás el dolor tiene sabor o la muerte es solo un gesto malintencionado
wen relato, visita mi blog www.ciudaddemocratica.blogspot.com no es tan bueno como el tuyo pero en fin
saludos
a propósito me inspira el tema de los ojos es una buena relacion de dialogo
Lo qu evi cuándo aceleró me gustó. Tienes un tono, en este post al menos, ala carola moro. Y veo que la lees. Te vas pareciendo.