
Líneas perpendiculares que de pronto se cruzan y hacen combinación. Tu vida y la mía pueden relacionarse muchas veces sin siquiera percatarnos; bajarse en las mismas estaciones, combinar las mismas líneas. El azar es un cúmulo de emociones que se conectan en un segundo exacto, apariciones, coincidencias, el mundo en un pañuelo parecen ser ley en un lugar donde todo es incierto. Siempre hay que tener cuidado con lo que dices, siempre hay alguien que conoce a ese otro alguien. Siempre hay lugares comunes, historia en común.
Mi hermano y el tuyo van en el mismo colegio, quizás allí nos hemos visto alguna vez.
Gustos que calzan, futuros trazados en línea recta, en algún u otro momento aparece la predeterminación en forma humana.
Yo quería estudiar en la Chile, pero no me alcanzó por eso estoy aquí. Finalmente nos hubiéramos encontrado.
Hay gente que su camino está trazado para unirse con el tuyo. Pero ¿cómo saberlo? Puedes llegar minutos más tarde y simplemente perder ese momento y finalmente una gran oportunidad tirada a la basura.
Hay casualidades como simplemente nunca toparse. Hay personas que sólo aparecen una vez y si no se inmiscuyen ahora, mañana será tarde, demostrando que aprovechar el momento vale la pena y si no era allí, en ese preciso lugar, la posibilidad desaparece y nada de lo que es ahora hubiera sido.
Finalmente no regimos nuestra suerte, ella está monitoreada desde otro lugar el que le dice cuando sacar el tren y parar en una respectiva estación. No corra, respete la línea amarilla y transite por su derecha pueden ser los actos que te lleven a perder el tren. Así que mejor no sigamos las reglas, uno nunca sabe.
Todos los días deberían ser fiesta !
2 Comments Published by Isabel on jueves, marzo 22, 2007 at 1:14 p. m..
Ayer fue uno de esos días de niña, en gran parte porque
El jolgorio siguió afuera donde a la cumpleañera la esperaban autos enchulados listos para la fiesta, la pobre casi se muere de la emoción, tan linda. Y bueno estimados, no les he contado que a
Etiquetas: chofi, cumpleaños

Una vez perseguimos al Claudio con mis amigas del barrio, era el galán de la otra villa y tenía un look muy de Sebastián Rozental: pelo largo, liso y rubio, en los tiempos en que jugaba en la sub 17. Pololeaba con una niña del colegio que quedaba junto a su casa y la esperaba todas las tardes sentado en una baranda de enfrente. Era lo más parecido a James Dean que se podía ver por estos lados; usaba una chaqueta negra y polera blanca, jeans ajustados y pelo al viento. Nunca supimos su edad pero era considerablemente mayor que su novia y al parecer no tenía ocupación ya que siempre andaba dando vueltas por ahí.

"Es el secreto, vida horizontal en tiempo estival
donde no calza la hora del río con la ciudad
pienso y estiro, vida horizontal en tiempo estival"
Gepe - Vacaciones
Ir con el sol en los ojos y bajar esa cosa para no quedar ciega. Y la ventana abierta y la música alta. La carretera desierta, pueblos chicos, memoria en on. El pelo al viento, cantar a coro, recordar y desear…
El río, la piedra grande para tomar sol, los piqueros, los guatazos, las chinitas, el muertito. Qué rico era cuando uno salía del agua y te esperaban con la ropa calientita y te ponías ese polerón con gorro y partías a tomar la once, el pan con mantequilla y los monitos con tus primos. Y luego a la plaza con sus columpios, la escondida, el alto, la pinta. Correr por entre medio de los choclos, las corontas que vuelan, las gallinas que asustan.
Y los primeros besos detrás del árbol…
El olor a tierra mojada, la bicicleta, el camino de piedra, andar sin manos, “de aquí hasta el puente”. Luego los moretones, las costritas que no sanan nunca porque es tan rico sacárselas y que sean duritas. Nada importa, en marzo el jumper tapa los porrazos.
Ahora los libros, la música, las chelas y los buenos amigos. El cine Normandie, las series repetidas, la caminata solitaria.
Manejo y me tele transporto, no tengo el cinto espacio temporal pero el chiquitito, el viento y la música funcionan bien para viajar por el tiempo; mi panorama favorito estival: Qué sencillo y a la vez reconfortante hecho en sí mismo bacán el encuentro con mi rico mundo interior, revive en las tardes arriba del auto en un taco infernal con música evocadora de emociones. No me pregunte por qué pero siempre creo que estoy en un video de Cristina y los Subterráneos "Voy en un Coche". en una camioneta de esas grandotas y yo con una sudadera blanca y pelo al viento.
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