Porfavor, no junte peras con frutillas

Pasan cosas extrañas en esta vida; de repente parece que viviéramos dentro de una película de Woody Allen; muchos eventos extraños, situaciones diversas en donde te cuestionas muchas de las percepciones que tienes de ti mismo. Situaciones bizarras en donde te crees la protagonista desafortunada que no entiende nada de lo que sucede a su alrededor, simplemente vive y sigue adelante. Conversaciones en situaciones inadecuadas, encuentros con ese tipo de gente que sólo se aparece en momentos en los que no debe… Y así suma y sigue. Lo mejor de estos momentos es cuando puedes analizar en voz en off todo lo que ocurre; armas puzzles inconclusos de las personalidades de muchos seres humanos, reconstruyes pasados olvidados, trozos de vida que se quedaron en la parte de tu pieza que no limpias y lejos, darte cuenta que te puedes sorprender a ti misma y que eres capaz de mucho más de lo que en algún momento esperaste de ti. Y para peor, ni siquiera es para convertirte en una mejor persona, si no en una que te da susto sacar a relucir.

Faltan sólo días para cerrar otro ciclo de vida y empecé a echar una mirada el historial y todo se vuelve un gran signo de interrogación. Nunca supe como llegué donde estoy; a veces es bueno, otras veces, muy malo. Pero heme aquí, no se si más sabia, más habilosa, más simpática, pero al fin y al cabo aquí; con mucha gente nueva en mi vida, con mucha gente que permanece, con otra que se ha ido, con otra con la que todo se ha transformado. Si mi vida fuera un guión estaría sólo en el equilibrio precario, aún no tenemos un incidente desencadenante, faltan algunos ingredientes para hacer que esta historia de un giro y te lleve a otro acto. Por mientras espero y miro como el par de patos se asoma, me mira con cara de chistoso y estira sus plumas en mi cara.