Porfavor, no junte peras con frutillas

Par de Patos

Uno de repente cree que nadie la quiere, que anda güachita en este mundo, no sé. Es bien raro lo de cumplir años, el día de partida siempre es extraño, como que no fluye con normalidad, uno se siente “especial”, ¿por qué diablos pasará eso?, ni idea. La cosa es que andas todo el día con el pecho inflado, pensando que detrás de los matorrales va a aparecer la tele y tendrás tus 15 minutos de fama, que el notero con cara de pollito te dirá “Isa, ¡Feliz Cumple!”, caen los globos de cielo, las calles se abren y te suben arriba de una carroza, la gente te aplaude y tu saludas como reina; pero típico que es absolutamente todo lo contrario; el día empieza mal, llegas atrasada, lo que planeaste para el día no sucede, la gente de la que esperas ese llamado, no llega, en fin, tantas cosas; y te empieza a bajar el pecho y los deseos de que el día se termine empiezan a aparecer a las 3 de la tarde.

Mis días de cumpleaños siempre han sido una gran mierda. Muy malos; típico que fijaban fecha de pruebas, había disertaciones (mi talón de Aquiles) o simplemente, salías a la hora del carajo o te peleabas con el chofer de la micro, cualquier tontera. Problemas no faltaban y tu cara que pide a gritos un poco de comprensión, tu frente con letras amarillas que dice: DANGER, ESTA DE CUMPLE, NO MOLESTAR, no surgía efecto. Este año fue igual, pero lo gracioso es que las celebraciones no han parado. Vengo del viernes festejando algo que en verdad no me causa mucha gracia; la edad dejó de ser interesante y lo único que deseo es volver a tener 18.

Por lo mismo, luego del sábado tener el gran carretón gran y ayer jueves nuevamente sorprenderme con mis nuevas amigas (chicas Inutero) que han resultado ser excelentes personas; he sellado el nacimiento de mi par de patos. Y luego de mucho baile, risas y alcohol, te das cuentas que quizás no estás tan güachita como crees. De repente la gente no aparece en el momento en que piensas, pero eso no significa que no estén contigo. Al parecer la gente si me quiere y te sorprendes que tengan un momento para regalarte. Ando sensible, pero que va, le doy las gracias a todos mis amigos y familiares que no se olvidan de esta yegua llorona que hace pucheros si no la llaman. Y bueno, empezamos nuevo año. Qué susto, ¿qué será de mi a los 30?.

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