
El abrazante sol quema la calva cabeza del abuelo y la morena cabellera del niño. Ambos caminan a paso lento, el abuelo marca su andar al ritmo de su bastón de madera, compañero fiel de largas andanzas. El abuelo le cuenta el mundo al niño, mientras él lo llena de preguntas in entendibles para siete décadas de diferencia arrolladora.- Que el play station, que el msn, que los monos que se comen la cabeza unos a otros y uno gana el juego si se come todas las cabezas. Super.

La foto: Mía
The Weepies: el sonido de fondo
“All colors are the friends of their neighbors and the lovers of their opposites”- Chagall
Los colores están presentes en cada momento de la vida, hay colores que identifican a las personas, hay colores que se vuelven el sinónimo de sentimientos. Desde el atardecer cada tarde por mi ventana a los calcetines colorinches; necesito de colores fuertes que me rodeen, no me gustan las mezclas suaves de colores: o es azul o blanco, pero no celeste. Debe ser porque siempre he tenido problemas en identificarlos, nunca distingo la diferencia entre el cyan y el magenta, ni el rojo ladrillo del violeta. Simplemente vivo de los colores básicos y cualquiera que sea la combinación entre ellos produce una gran confusión en mi cabeza.
Etiquetas: cambio, chagall, color, the weepies


Muy pocas veces en la vida te topas con momentos tan memorables, aquellas cosas que jamás te imaginas porque de verdad son imposibles; entre esas cosas estaba en mi mente groupie el reencuentro de Ex, banda nacional de mediados de los 90's que se hicieron conocidos por temas como "La corbata de mi Tío" . Jamás de los jamases pude imaginar que podría alguna vez verlos en vivo, ni menos, esperar un disco nuevo. Las estrellas parecen haberse alineado a mi favor y anoche tuve el placer casi orgásmico de rockear con Colombina Parra y su grupo. Y más encima, aparecen con disco nuevo. Por lo mismo, le arriendo la frase a la Chofi de "Es tan fácil ser feliz", anoche lo fui y aún estoy rechonchita de lo contenta.
Les dejo mi video casero de anoche. Disfruten. La gritona por cierto, soy yo. Mis disculpas.
Etiquetas: besos con lengua, colombina parra, la batuta, los ex
De Orgullo y Servilletas.-
3 Comments Published by Isabel on viernes, enero 12, 2007 at 10:31 p. m..

Hay pequeñas cosas que hacen sentir a un ser humano orgulloso por lo que hace. Lo importante es sentir eso que marca la diferencia con el resto, aquello que en tu mente retorcida te hace ser mejor que los demás.
Así pasan las horas, mientras el fútbol avanza y Mati-Gol no anota, mientras en una mesa unos chiquillos parecen no disfrutar del fútbol y escuchan música de sus pen-drives y dibujan en las famosas servilletas. Pasa el verano y la vida haciendo esas pequeñas/grandes cosas que te llenan el alma, pero ella es feliz, concentrada parece que el mundo que la rodea importa un bledo, total –piensa- ella es la mejor dobladora de servilletas y que el mundo se vaya al carajo si no fuera así.
Etiquetas: bar, fuente de soda, verano

Pueblo Chico…
Llegó a “Lo Moscoso” y es como si el tiempo se detuviera, la hora no avanza, el sol se queda todo el día donde mismo. La gente está estática, va y desaparece, las conversaciones son las mismas diariamente. Pueblo seudo muerto que respira azufre a diario por tanto packing, recorte de uvas y temporeras. Y mientras la sombra del sol está puesta en el mismo álamo, llega el Gabriel, al parecer medio cufifo, se tomo unas pilseners en la mañana, según el para amainar el calor que produce el trabajo de la tierra.
El Gabriel se sienta en la mesa como Pedro en su casa, mira a los ojos cada vez que habla, aunque muchas de las cosas que dice produzcan más risa que seriedad en la conversación: desde que dos tipos lo esperaban afuera del bar clandestino campestre para azotarle unos palos en la cabeza y que él, por supuesto, nada de guéon se espero quitecito y se tomo unas cuantas cañas de más; logrando que los famosos malhechores se fueran; hasta la yegua de su propiedad que corría todos los fines de semana y ganaba todas las apuestas y que terminó sin entrañas, con la cabeza separada de su cuerpo por gente que de pica se llevo su carne y tuvo el asado de su vida. Y el Gabriel te conversa y se rehúsa a comer el plato de comida que lo espera para que no ande pelando que nadie lo atiende. Y sigue conversando, mientras como y me atoro con el pan amasado de pura risa que me da. Y el Gabriel es amigo de todos, incluso de la Señora Rosita, la que atiende el clandestino, tanto es así que le da copete gratis. El Gabriel le dice “Una de pisco Rosita” y la Rosita se la trae, después ajustan cuentas -a fin de mes- la cosa es que toma gratis, ojala en Santiago tuviéramos esa clase de confianza entre copetero/copeteado.
Y el Gabriel me mira y no entiende por qué diantres me río media atorada, así que me sigue la corriente y continúa contándome historias sobre riñas entre seudo-amigos/compadres y licores que van y vienen en el día. Mientras su can amigo fiel lo espera a todo sol, haciendo el intento de entrar por el orificio de la “colihuacha”, hasta que aparece el “Tormento”, se muestran los dientes, se tiran un poco de tierra en la cara y cada uno defiende lo suyo. El amigo fiel entra finalmente a la casa, mientras todos intentamos corretearlo, el Gabriel se las da de patrón de fundo y se jacta que su can es tan choro que si él se va, el perro sale con él. Y realmente funciona. El Gabriel se despide y sale el amigo fiel detrás de él. – Mañana vuelvo Adrianita- La Adriana da un suspiro y sigue en lo suyo; reposando en la silla, mientras las horas pasan y es tiempo de partir a la ciudad; -ya era hora- pienso. Agarro mi cartera y pongo en marcha a chiquitito, pensando donde encontraré una Rosita que me auspicie.
Y de repente son las doce y toda la blasfemia que me producen estas fechas se quedan en silencio y miro el cielo. Y ahí están, tan brillantes, tan lindos, tan simbólicos: tal como los recordaba el año pasado, aunque siempre olvido lo emocionante que se siente, esa especie de alegría y esperanza ñoña que te baja cuando ves colores en el cielo. Y el lado bueno de las cosas parece volver y piensas que quizás lo malo ya pasó y todo lo que deseas para el año que viene suceda- aunque pienses que es de lo más tonto- pero lo haces igual. Con los ojos brillantes y la boca abierta mirando como luces explotan frente a tus ojos. Y la gente está feliz. Y quieres estar así. Y al final no todo es tan malo. Buen año, buena gente… pese a que aún no sientas que eres lo que realmente quieres ser. Estoy encaminada, pienso. Y sigo con la boca abierta y me río de lo lindo que es. Porque al final lo que queda son esas cosas: las sonrisas y los momentos gratos, lo demás, pasa. Sólo eso.